C’ÉTAIT UN RENDEZ-VOUS (Claude Lelouch, 1976)

Rendez-vous

TÍTULO ORIGINAL: C’était un rendez-vous

AÑO: 1976

DIRECTOR: Claude Lelouch

PAÍS: Francia

DURACIÓN: 9 minutos


El cortometraje ‘C’était un rendez-vous’, del director francés Claude Lelouch, se ha convertido con el paso de los años en una pieza de culto. Constituye el primer exponente de video ‘on board’ de un vehículo atravesando a toda velocidad una gran urbe con tráfico real. Pero, sin entrar en disquisiciones morales o éticas, lo que aquí se nos ofrece es algo más, una historia de amor de altas revoluciones. El corto experimental de Lelouch, que cuenta con una fructífera trayectoria cinematográfica en su país, destaca por el riesgo que supuso su filmación en tiempo real y sin trucajes (así nos lo explican al comienzo de la película) y el misterio que rodea lo referente al conductor real a los mandos del vehículo que surca de madrugada la Ville lumière.

La filmación se hizo sin contar con ningún tipo de permisos por lo que las calles no se cortaron al tráfico. Esto, unido al hecho de que nunca se haya sabido con certeza quién fue el piloto, ha sido el caldo de cultivo ideal para la proliferación de infinidad de rumores y teorías a lo largo de estos años. Como de costumbre, la leyenda suele ir un paso por delante de la realidad. Veamos…

Mercedes 450SEL 6.9

L A  M Á Q U I N A
El vehículo utilizado para el corto fue el propio coche de Lelouch, un Mercedes 450SEL 6.9. Este modelo, que puede alcanzar una velocidad máxima de 235 km/h, montaba exclusivamente una transmisión automática de tres velocidades. Sin embargo, durante la película se escucha claramente como el conductor engrana hasta una quinta manual, así como el típico punta-tacón al reducir de marcha con un motor de altas revoluciones. Lelouch, interesadamente, nunca ha sido demasiado claro sobre aspectos claves del rodaje como la velocidad máxima, y siempre ha manifestado que en algunos tramos se llegaron a alcanzar los 230 km/h. Para desilusión de muchos fanáticos, los cálculos realizados por varios expertos mostraron que el coche nunca superó los 140 km/h. En su defensa diremos que el propio cineasta reconoce durante el documental del ‘making of’ que el motor que se escucha es el de un Ferrari 275 GTB, que se corresponde con el número correcto de engranajes y el sonido de un V12, muy distinto al de cualquier V8, incluyendo el motor de 6,9 litros del Mercedes. Así, el potente rugido del Ferrari se superpuso como una especie de doblaje para potenciar la sensación de velocidad.

EL PILOTO El mayor misterio que rodea esta película es quién condujo el vehículo. En el citado documental, Claude Lelouch asevera que fue él mismo el que condujo su Mercedes por las calles de París. Sin embargo, la leyenda apunta que el encargo se le encomendó a un taxista parisino o, incluso, a un piloto de Fórmula 1. El recorrido fue establecido con antelación y, aparte de Lelouch o del supuesto conductor misterioso, tan sólo dos personas lo conocían. El primero era Elie Chouraqui, el asistente del cineasta, que se encontraba con un walkie-talkie cerca del palacio del Louvre. Su objetivo era ayudar al conductor en el único cruce ciego del recorrido (el arco). Sin embargo, Lelouch ha desvelado que la radio no funcionó, así que si Elie hubiese tratado de advertirle de un peatón habría resultado inútil. La otra persona que sabía de su llegada era la novia de Lelouch, Gunilla Friden. Él le avisó de que llegaría en diez minutos al Sagrado Corazón y le pidió que apareciera a su llegada.

E L  P I L O T O
El mayor misterio que rodea esta película es quién pilotó realmente el vehículo. En el citado documental, Claude Lelouch asevera que fue él mismo el que condujo su Mercedes por las calles de París. Sin embargo, hay rumores que apuntan que el encargo se le encomendó a un taxista parisino o, incluso, a un piloto de Fórmula 1.

«Fue una cita», como podría traducirse al castellano, se rodó al alba de un día cualquiera de agosto de 1976. Filmado en una sola toma, la cámara nos sitúa en primera persona, a la altura del parachoques delantero, durante un frenético recorrido por las calles de París. La sensación de velocidad al ir casi a ras de suelo es brutal y la única banda sonora que nos acompaña es el rugido de un motor sometido a altas revoluciones, el chasquido del cambio y los neumáticos chirriando sobre el asfalto. Durante el recorrido, que da comienzo en un túnel cerca de la Porte Dauphine, disfrutamos fugazmente de algunos de los iconos más reconocibles de la ciudad como el Arco del Triunfo, el edificio de la Ópera, la Plaza de la Concordia o los Campos Elíseos. Sólo cuando el vehículo llega a su destino, la Basílica del Sagrado Corazón, el nombre del cortometraje cobra sentido: al bajar del coche, una chica recibe al misterioso conductor.

Durante su periplo por las calles parisinas, nuestro protagonista comete todo tipo de infracciones: ignora los semáforos en rojo, cruza las líneas continuas, conduce por dirección contraria y esquiva a los pocos peatones desorientados que le salen al paso a esas horas.

El recorrido fue establecido con antelación y, aparte de Lelouch o del supuesto conductor misterioso, tan sólo dos personas lo conocían. El primero era Elie Chouraqui, asistente del cineasta, que se encontraba con un walkie-talkie cerca del palacio del Louvre. Su objetivo era ayudar al conductor en el único cruce ciego del recorrido. Sin embargo, Lelouch ha desvelado que la radio no llegó a funcionar, así que si Elie hubiese tratado de advertirle de la presencia de algún peatón, habría resultado inútil. La otra persona que lo sabía era la novia de Lelouch, Gunilla Friden. Él le avisó de que llegaría en diez minutos al Sagrado Corazón y le pidió que apareciera a su llegada.

La duración de la película, únicamente 9 minutos, se vio limitada por la escasa capacidad del rollo de película de 35 mm de la época. Fue filmada, supuestamente, con una cámara giroestabilizada que iba montada sobre el paragolpes del Mercedes, pero el ‘making of’ de la cinta y las fotos del rodaje aparecidas recientemente parecen revelar la presencia de una cámara Eclair cam-flex de 35 mm con una lente de gran angular sin giroscopio.

Por lo que respecta a Lelouch, la policía lo arrestó por conducción temeraria tras hacerse público el corto, aunque fue puesto en libertad sin cargos.

EL DIRECTOR El cineasta Claude Lelouch nació en Francia en 1937, poco antes de la ocupación nazi. Hijo de judíos, su juventud se desarrolló en el París de la posguerra. El pequeño Lelouch no era muy buen estudiante así que su padre le regaló una cámara para ver si aquello lograba despertar algo en él; y vaya si lo hizo. Sus primeros trabajos profesionales se ciñeron a filmar eventos deportivos como las 24 Horas de Le Mans y el Tour de Francia. Para encontrar su primer largometraje hay que avanzar hasta 1960, aunque sus inicios no fueron muy prometedores. Su film 'Le propre de l'homme' cosechó duras críticas de la entonces influyente revista Cahiers du cinéma, que llegó a decir "Claude Lelouch, recuerden bien ese nombre, porque nunca volverán a escucharlo". Este "pequeño" contratiempo no desanimó a Lelouch que poco después alcanzaría el reconocimiento de crítica y público con 'Un hombre y una mujer', que se alzó con la Palma de Oro de Cannes y el Óscar a Mejor Película Extranjera en 1966. Tras este sonado éxito, la carrera de este polifacético artista -ha sido director, productor, guionista, escritor y actor- comenzó a despegar pero no sería hasta 1981 que firmó la que es considerada su mejor película hasta ahora, 'Los unos y los otros', un drama musical con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. El director, que ahora cuenta con 76 años, sigue en activo. Su última película ha sido 'Ces amours-là', estrenada en Francia en 2010.

E L  D I R E C T O R
El cineasta Claude Lelouch nació en Francia en 1937, poco antes de la ocupación nazi. Hijo de judíos, su juventud se desarrolló en el París de la posguerra. El pequeño Lelouch no era muy buen estudiante así que su padre le regaló una cámara para ver si aquello lograba despertar algo en él; y vaya si lo hizo. Sus primeros trabajos profesionales se ciñeron a la filmación de eventos deportivos como las 24 Horas de Le Mans y el Tour de Francia. Para encontrar su primer largometraje hay que avanzar hasta 1960, aunque sus inicios no fueron muy prometedores. Su film ‘Le propre de l’homme’ cosechó duras críticas de la entonces influyente revista Cahiers du cinéma, que llegó a decir «Claude Lelouch, recuerden bien ese nombre, porque nunca volverán a escucharlo». Este «pequeño» contratiempo no desanimó a Lelouch, que poco después alcanzaría el reconocimiento de crítica y público con ‘Un hombre y una mujer’, que se alzó con la Palma de Oro de Cannes y el Óscar a Mejor Película Extranjera en 1966. Tras este sonado éxito, la carrera de este polifacético artista -ha sido director, productor, guionista, escritor y actor- comenzó a despegar, pero no sería hasta 1981 que firmó la que es considerada su mejor película hasta ahora, ‘Los unos y los otros’, un drama musical con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. El director, que cuenta en la actualidad con 76 años, sigue en activo. Su última película ha sido ‘Ces amours-là’, estrenada en Francia en 2010.

Finalmente, os dejo un documental muy interesante, eso sí, en inglés:

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~ por Vive la Carretera en febrero 17, 2014.

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