RUTA 66 (II), Estados Unidos
La idea de una ruta que conectara Chicago, la gran metrópoli del Medio Oeste, con la costa del Pacífico fue concebida por unos hombres de negocios de Oklahoma e Illinois liderados por Cyrus Avery, considerado el padre de la Ruta 66.
La carretera comenzaba en la costa del lago Michigan. La región ya estaba bien comunicada con las grandes ciudades de la Costa Este: Boston, Filadelfia, Nueva York… por lo que Chicago era perfecta para abrir el camino hacia el oeste. Desde aquí, la Ruta se encaminaba hacia el sur, atravesando los estados de Illinois, Missouri y el extremo sudeste de Kansas. En Oklahoma giraba hacia el oeste, atravesando el norte de Texas, Nuevo México y Arizona, hasta llegar finalmente a California, el Estado Dorado. Pese a la creencia popular, la Ruta 66 no llegó nunca hasta el Pacífico, acababa en lo que era el inicio de la U.S. 101, lo que es hoy la intersección de Olympic Boulevard con Lincoln Boulevard. Sin embargo, tras su denominación como Ruta Histórica en la década de los 90, el final se desplazó hasta las playas de Santa Mónica, a fin de que los esforzados viajeros pudiesen bañarse en el océano tras tamaño recorrido.
La Ruta atraviesa ocho Estados y conecta muchas de las ciudades más importantes del Medio Oeste y del Sudoeste como Springfield (Illinois), San Luis (Missouri), Oklahoma City, Amarillo (Texas), Albuquerque (Nuevo México), Flagstaff (Arizona) y Los Angeles (California).
El recorrido es muy auténtico, al igual que sus gentes, uno de los atractivos del viaje. Desde sus inicios, esta carretera ha estado ligada a las migraciones hacia el Oeste, a California, la Tierra Prometida, donde siempre brilla el sol, las cosechas son abundantes y hay trabajo para todos. El escritor John Steinbeck documentó las primeras migraciones en su novela «Las uvas de la Ira», y acuñó el término Mother Road (‘Carretera Madre’).
Posteriormente, la novela fue llevada al cine por el gran John Ford en 1940, con un jovencísimo Henry Fonda como protagonista:
Y es que los años 30 del siglo XX fueron especialmente duros en Estados Unidos. La caída de la Bolsa el 29 de octubre de 1929 desembocó en la Gran Depresión, una crisis económica mundial que provocó un aumento espectacular del paro y una bajada generalizada de los ingresos. Pero para los agricultores y ganaderos del Medio Oeste la situación se volvió insostenible tras el Dust Bowl (‘Tazón de Polvo’), una sequía que acabó con las plantaciones del valle del Mississippi, convirtiendo más tarde la tierra agrietada en polvo. Entonces, cientos de miles de personas que perdieron sus hogares, cargaron las pocas posesiones que les quedaban en camionetas y se fueron hacia el oeste en busca de trabajo. A estos emigrantes se los llamó Oakies, porque en su mayoría procedían de Oklahoma, aunque también afectó a otros estados como Missouri, Kansas o Nebraska.
Estos fueron los primeros usuarios de la Ruta 66. De hecho, muchos pueblos por los que pasaba crearon campamentos o campos para motoristas, donde los pobres y desamparados viajeros podían dormir en su coche de manera gratuita. Un par de décadas más tarde se había convertido en el corredor Este-Oeste favorito de camioneros y turistas. Así se levantaron miles de estaciones de servicio, restaurantes, cafés, bares, mercados y atracciones turísticas. La mayoría han sido ya pasto del tiempo pero unos pocos establecimientos de la época permanecen abiertos como antaño, decididos a ofrecer cobijo y alimento a los cansados viajeros. En todos ellos encontrarás el tradicional libro de visitas donde pueden contemplarse dedicatorias de gente venida de todo el mundo, personas que con su ilusión mantienen viva esta mítica carretera.
Ese espíritu emprendedor, el sueño de viajar hacia el Oeste en pos de un futuro mejor, sigue impregnando a la gente de los pueblos que atraviesa la Ruta. La 66 hay que recorrerla sin prisas. Los habitantes del centro de Estados Unidos son gente muy abierta y amable que vive pausadamente y que siempre está dispuesta a charlar un rato. Don’t you want to be friendly? (‘¿No quieres ser amistoso?’), te preguntan sino te ven muy conversador. Es su forma de ver la vida. Son curiosos, se acercan a preguntar qué haces, te dan la bienvenida y se despiden con un Enjoy America! Se nota que están orgullosos de su país.
[…] del Oeste americano eran los únicos que se jugaban la vida internándose en el salvaje Oeste. RUTA 66 (II), Estados Unidos Share this:TwitterFacebookPinterestMe gusta:Me gustaOne blogger likes […]
[…] RUTA 66 (II), Estados Unidos […]